La imagen nos muestra a un hombre, dotado de la máxima jerarquía otorgada por los hombres: Un Emperador, amo de hecho y de derecho, recostado en un sillón de estilo que empuña un cetro y lleva puesta su corona.
Su corona, se prolonga por debajo del cuello mostrando el sabio equilibrio (triángulos dorados) dominando sus pensamientos e intenciones, su capa roja sobre el atuendo azul nos demuestra que si bien la inclinación hacia lo material es evidente, el plano mental alimenta sus sentidos y decisiones, y el cinturón amarillo muestra su escala de valores ante lo instintivo.
A simple vista podemos apreciar la forma de estar parado: La posición de sus piernas, una rígida y la otra cruzada, apoyando la punta del pie en el suelo, corresponde a las normas de ceremonial de la realeza alemana para reyes y jueces, sólo los altos magistrados podían cruzarse de piernas en sociedad. También podemos observar que mira hacia el pasado, lo que indica reflexión con los pies en la tierra, y que está listo para actuar, porque nadie podría permanecer mucho tiempo apoyado sobre un solo pie, encontrándose calzado en zapatos blancos, indicando que nunca transitaría por caminos sucios, para no ensuciar los mismos (habla de honestidad).
El escudo de EL EMPERADOR es similar al de LA EMPERATRIZ, un águila en equilibrio en el centro, pero mirando hacia la izquierda y con las alas hacia abajo, que representa la creatividad. En este caso la imaginación de EL EMPERADOR es utilizada no en su faz intuitiva, en el momento justo de actuar sino en su aspecto reflexivo para analizar lo sucedido, no repertir errores y tomar el resultado positivo de cada acción. El escudo descansa en el suelo, sólo recurre a él cuando es necesario.
Lleva barbas, bigotes y cabello largo y blanco, su gran voluntad se expresa en acciones puras y bien intencionadas.
Una planta amarilla dice que el Emperador realiza acciones sabias e inteligentes, no es un ser totalmente espiritual, sino mental, voluntarioso, pero sus ideales se orientan hacia el infinito,su cetro, exactamente igual al de La Emperatriz demuestra el poder de su accionar. Lleva un collar con un medallón verde y redondo, una esmeralda que posada sobre su corazón, intensifica la fuerza de sus sentimientos.
El fondo de la carta es un cielo azul, sin nubes, claramente manifiesta: EL EMPERADOR cuenta con el auxilio de las energías cósmicas trabajando positivamente, se muestra a la luz del día, no se esconde y el ambiente es límpido y diáfano.
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